El próximo sábado 22 de Mayo se juega la final de la Champions League en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. La juegan dos equipos históricos, el Bayern de Munich y el Inter de Milán. Soy un gran aficionado al deporte y si tuviera que elegir mi competición deportiva favorita, sería precisamente la Champions, antes llamada Copa de Europa. Me ha gustado desde muy joven, y siempre he intentado seguir la final en el mes de mayo. La primera final de la que me acuerdo es la de 1981. En aquella época mi padre solía comprar el periódico los domingos; el domingo previo a la final la revista Blanco y Negro de ABC publicaba un reportaje sobre los equipos que la iban a jugar, el Liverpool y el Real Madrid. Se disputaba en el Parque de los Príncipes, en París, y mi único recuerdo es ojear la revista. No vi el partido, y me enteré del resultado meses después: el equipo inglés se impuso 1-0.
La primera final que vi fue la del año siguiente, entre el Aston Villa inglés y el Bayern de Munich alemán. Ese año yo cursaba 8º de EGB y nos encontrábamos de excursión en Madrid cuando se jugó la final. Días antes a nuestra llegada se había inaugurado el primer McDonald´s de España, y estaba muy cerca de la céntrica pensión en la que nos alojaríamos. Una vez en Madrid pasábamos por la puerta de la hamburguesería varias veces al día y nos quedábamos mirando, pero nosotr@s almorzábamos y cenábamos en la pensión, eso de comer hamburguesas era algo todavía inhabitual y extraño. Precisamente durante una de las cenas pusieron en la tele la final de la Copa de Europa. Tod@s en el comedor queríamos que ganara el Bayern de Munich ya que era un equipo que nos sonaba desde niñ@s; en cambio, ni siquiera sabíamos de qué país era el Aston Villa. Tomando la sopa de fideos y los filetes empanados con patatas vimos cómo el equipo inglés se imponía por 1-0. Tres días después dejamos Madrid y pasaron algunos años antes de tomar una hamburguesa en un McDonald´s.
En 1983 los finalistas fueron la Juventus y el Hamburgo. Entonces yo estudiaba 1º de BUP en Morón de la Frontera, y al día siguiente tenía un examen de Música con Angustias, una profesora mayor, muy agradable y paciente con l@s alumn@s. Al salir del instituto apostábamos cuántos goles marcaría la Juve esa tarde. Tenía entonces un equipo de ensueño, con varios jugadores que habían sido campeones del mundo con Italia el verano anterior, y con Platini y Boniek como extranjeros. Y sin embargo ganó el Hamburgo con un gol de Magath al principio del partido. No recuerdo cómo me salió el examen de Música, pero sí las caras de mis compañer@s al comentar el partido la mañana siguiente.
La final de 1984, celebrada en el Estadio Olímpico de Roma, la disputaron la propia Roma y el Liverpool. En la Roma destacaban Falcao y Conti, en el Liverpool, un espigado galés que no se cansaba de marcar goles, Ian Rush. El partido y la prórroga terminaron con empate a uno. Por primera vez el campeón se decidiría en la tanda de penalties. Ganaron los ingleses, y recuerdo al peculiar portero inglés, Bruce Grobbelaar, contoneándose para distraer y poner nerviosos a los jugadores italianos. Un año después la final volvió a enfrentar al Liverpool con otro equipo italiano, la Juventus. Se jugó en el estadio Heysel, en Bruselas, y antes del partido se produjeron unos tristes hechos que acabaron con la vida de varios seguidores de la Juve. El partido lo ganó el equipo italiano con un gol de penalty de Platini, tras pitarlo el árbitro por una falta cometida sobre Boniek claramente fuera del área. El Liverpool perdió mucho más que esa final, ya que fue duramente castigado por los incidentes previos al partido y estuvo varios años sin jugar competiciones europeas. Ha pasado mucho tiempo pero sigo sin comprender por qué se jugó aquel partido y por qué fueron castigados dentro y fuera del rectángulo de juego unos jugadores que no tenían culpa por lo sucedido. Supongo que fue también la respuesta de un organismo europeo, la UEFA, hacia un país, el Reino Unido, que no terminaba de apostar con claridad por todo lo que significaba la Comunidad Económica Europea frente a Estados Unidos.
La final de 1986 supuso mi primer gran disgusto europeo. La disputaron el Barcelona y el Steaua de Bucarest en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, en Sevilla, y finalizó con la victoria del equipo rumano en la tanda de penalties. Ninguno de los dos equipos fue capaz de marcar un gol durante el tiempo reglamentario, incluida la prórroga. El portero del Barça, Urruticoechea, detuvo dos penalties, pero sus compañeros no consiguieron marcar ni siquiera uno. Aquel equipo blaugrana estaba dirigido por un entrenador muy carismático, el inglés Terry Venables, y entre sus jugadores destacaba el alemán Bern Schuster. En aquella época Europa estaba todavía dividida en dos bloques, los países capitalistas de la parte occidental y los países con regímenes comunistas de la zona oriental. Por eso la final de ese año fue algo más que un partido de fútbol, supuso el enfrentamiento de los dos tipos de sociedades que convivían en nuestro continente. Ganó la segunda, la que daba síntomas de estar viviendo sus últimos años y que pedía a gritos un cambio. La victoria del Steaua supuso una alegría pasajera para Rumanía, un país que, como el resto de los que formaban el bloque oriental, se derrumbaba en pedazos. Pasarían algo más de tres años para que la caída del muro de Berlín en octubre de 1989 marcase el inicio de una nueva etapa en la historia. El Barça tendría que esperar algo más para conseguir su primera Copa de Europa, hasta el mes de mayo de 1992 en el mítico estadio de Wembley. Pero eso será materia de un próximo capítulo.
ESPERANZA M PAVÓN CANO:
ResponderEliminarA mi particularmente me ha gustado mucho esta actividad.
Espero que se siga realizando.
Esta actividad no me ha parecido tan interesante como las otras que hemos hecho hasta ahora. Sin embargo, me han gustado los comentarios en clase sobre la repercusión del fútbol en la unión europea en aquellos años.También el dinamismo que han aportado, tanto en la puesta en común como en la lectura, los detalles personales del profesor, por ejemplo, aquel en el que hace referencia a su examen de música.
ResponderEliminarPor Ana Campano Madrid