martes, 7 de febrero de 2012

Rednacimiento, año 2012

Iniciamos ahora, chic@s, el estudio de una nueva etapa literaria, el Renacimiento, y existen varias coincidencias entre esa época y la actualidad debido a dos inventos muy importantes, la imprenta e internet. La imprenta fue inventada por Gutenberg a mediados del siglo XV. Antes de ese hecho la difusión de la información, el conocimiento y la cultura era un fenómeno aislado y lento. Los libros eran manuscritos en lugares concretos, se utilizaban materiales caros, y requerían la preparación de personas muy instruidas y cultas, los escribanos. Esos aspectos motivaban que fuesen escasos los ejemplares que se copiaban y por lo tanto lo recogido en ellos estaba al alcance de unos pocos privilegiados, se tratase de conocimientos ya existentes o de los avances que se iban produciendo.

La llegada de la imprenta cambiaría por completo la situación, provocando la expansión de todo tipo de conocimientos e ideas, y una progresiva democratización de la cultura. El siglo XVI fue una época de continuos descubrimientos en las distintas ramas del saber y de nuevas formas de pensar e interpretar la realidad, y la imprenta se convirtió en la perfecta aliada para la mayor y más rápida difusión de todo ello. Ya no era necesario copiar libros a mano, gracias a ella era posible realizar el número de ejemplares que se deseara, con la utilización de los tipos, la tinta y el papel. Esas copias llegaban a más países, a más escuelas y universidades, a más personas, y transmitían con rapidez los avances científicos, tecnológicos, y geográficos, los planteamientos filosóficos y religiosos. El renacer sociocultural del siglo XVI fue posible gracias a las casas de impresión que surgieron a lo largo de toda Europa. La información, el conocimiento y la cultura al alcance de muchos.

Una historia muy parecida a la que estamos viviendo actualmente con internet. Hasta hace poco tiempo el acceso a la información y al conocimiento se producía principalmente a través de medios escritos en papel: libros, revistas, periódicos, enciclopedias, etc. Después llegaron innovaciones en el ámbito audiovisual, y por último los medios digitales, como los DVD o los CD-ROM. Sin embargo la gran revolución se inició a finales de la última década del siglo XX con la creación de una red virtual de comunicación e información, internet, de la cual estamos siendo protagonistas activos. Internet ha transformado de forma radical la forma a través de la cual accedemos a la información: hoy es posible, desde el salón de una casa, desde un aula del colegio, desde la playa o el parque, acceder a los fondos y archivos de cualquier gran biblioteca, museo o universidad, con rapidez y comodidad. Todo lo que merece la pena conocerse está en la red, y casi prodríamos decir aquello de que lo que no está es porque no existe. Disponemos de un inigualable instrumento para comunicar, documentarnos, ampliar la información sobre un tema determinado, realizar proyectos académicos y de investigación, ... todo un mundo de posibilidades al alcance de un click. Es por ello que podríamos hablar de nuestros tiempos como un verdadero rednacimiento.

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