Sabéis que este curso escolar es muy especial en nuestro colegio porque cumple cien años. El centro ha pensado que una actividad más de celebración puede ser que vosotr@s, l@s alumn@s, contéis algún recuerdo especial, alguna vivencia personal relacionada con el colegio. De hecho sois vosotr@s l@s autétic@s protagonistas de esta efemérides, el colegio ha logrado alcanzar su primer centenario de vida gracias a todas las generaciones de alumn@s que han pasado por él. Ahora tenéis la oportunidad de compartir unas palabras que muestren las experiencias tan maravillosas que se desarrollan en nuestro cole.
ÁNGEL MANUEL PABLO HERREREO 3ºA ESO
ResponderEliminarCELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA INMACULADA
Ese día fue muy importante para mí y para todo el colegio de las Esclavas. Celebrábamos el día de la Inmaculada.
Llegamos a las ocho y media de la mañana. La señorita nos dió las cartas para escribir sobre de la Inmaculada.
Después fuimos a la Iglesia para entregar los sobres de la Virgen Inmaculada.
A las doce mi clase y yo estuvimos ensayando las canciones para las Inmaculada.
Por fin llegó el gran momento. A las tres de la tarde fuimos al salón de actos y estuvimos cantando nuestras canciones sobre la Inmaculada.
Al final me lo pasé muy bien porque ese día fue muy bonito para mí y para todo el colegio de Las ESclavas del Divino Corazón.
Ana Tere Sánchez Frías, 3º A de ESO.
ResponderEliminar“La última vez”
Esta es la historia de una chica. Una chica que ya estaba en el último curso del colegio.
Todos decían que ya estaba hecha una mujer y le preguntaban qué pensaba hacer en el futuro. Pero aquella chica no tenía todo tan claro como parecía. Tenía miedo, miedo a irse de su colegio, de ese lugar que la había visto crecer, reír y llorar, enfadarse y hacer las paces, jugar, caerse, pero también levantarse, hacer amigos y despedirse de ellos… muchos recuerdos de su vida estaban allí. Pero tarde o temprano todo acaba, todo tiene su fin.
Era su último año en el colegio, ella y los que la vieron crecer tomarían caminos distintos. Los últimos días de clase fueron los peores para ella, estaba triste, pensando en la gente que posiblemente no volvería a ver.
Hasta que llegó el día de la fiesta de fin de curso, en la que demostrarían lo que valían una vez más, sólo una más. Aquella tarde estaba muy nerviosa, pensando que su último baile iba a salirle mal. Así que aquella chica se fue del patio donde se hacía la fiesta.
Dio un paseo por todo el colegio: por el “bosque”, aquel patio de tierra con árboles que en su infancia la vio jugar hasta ponerse perdida. Recordaba todos los juguetes que había en su infancia, ya que algunos faltaban, pero también había muchos nuevos.
Al lado del bosque se encontraba la piscina, que primero la vio bañarse con una manguera en el césped, hasta que, con manguitos, se metió en el agua por primera vez.
Después llegó al patio de Secundaria, que en los últimos años había sido su recreo. Allí estaban sus primeras clases, las de tres y cuatro años y. encima de ellas, las de tercero y cuarto de Primaria. Detrás de estas clases estaba el gimnasio, que fue construido cuando era pequeña, al igual que el cine que se encontraba a su lado.
Al otro lado estaban las clases de quinto y sexto, donde dio uno de los pasos más importantes: dejar la Primaria y adentrarse en Secundaria. En el mismo pabellón estaban el laboratorio y el taller de Tecnología, donde hizo aquellos proyectos. También estaba la Capilla pequeña, donde por primera vez le dijo hola a Dios sin que nadie le hubiera dicho que lo hiciese.
En el segundo piso estaban las clases de Secundaria, las últimas clases donde había estudiado, donde tenía sus mejores recuerdos, donde había hecho amigos de verdad.
Y allí estaba. En medio de un patio solitario sin saber qué hacer.
Entonces llegaron sus mejores amigas, algunas desde su infancia y otras que había conocido a lo largo de los años. Se sentaron en el sitio de siempre, pero esta vez era distinto. No era una conversación trivial, como las que mantenían muchas veces. Estaban hablando de qué pensaban hacer con sus vidas, sus ilusiones, sus miedos… pero sólo tenían bien claro dos cosas, que no se separarían tan fácilmente y que no olvidarían nunca ese lugar ni a esas personas que tanto les habían enseñado, que les habían hacho tanto bien, que les habían acompañado en aquella aventura. Pasó un rato y decidieron volver a la fiesta. Ya les tocaba, ya era la hora de su último baile lo iban a hacer mejor que nunca, una última vez.
José Ignacio Herrera Hurtado 3ºA E.S.O.
ResponderEliminarDos semanas, son las que llevamos ensayando para este día, hoy es el día de la inmaculada y cada clase debe de preparar una canción para cantarla hoy. Nosotros hemos tenido ciertos problemas para hacer la canción, pero como era para algo muy importante nos hemos puesto a trabajar muy duro y ya la tenemos lista para cantarla en este día tan especial.
Por la mañana ya se notaba la felicidad en las caras de muchas personas, pero con algo de nerviosismo. Las primeras horas se dedicaron a dar clases normales, pero en cuanto sonó el timbre que avisaba el recreo, todo el colegio se transformó completamente, ya se escuchaban los sonidos de los instrumentos tocando, algunas canciones sonaban y todo el mundo hablaba del festival de las canciones.
Ya era por la tarde y todas las clases bajaron al salón de actos para el festival, una vez allí nos sentamos, nos explicaron como iba a transcurrir la tarde y las normas del concurso. Luego empezaron a cantar las clases cada una su canción, ya faltaba menos, solo una canción para que nos tocase, hasta que por la megafonía salió una voz que dijo: tercero “a” de la eso, éramos nosotros, nos tocaba, así que muy dispuestos nos levantamos y subimos muy nerviosos al escenario. La canción duro varios minutos y al terminar unos ensordecedores aplausos llenaron toda la sala mientras nosotros bajábamos del escenario.
Finalmente la portavoz del jurado dijo el nombre del ganador, desgraciadamente no éramos nosotros pero nos quedamos muy contentos al saber que quedamos en segundo lugar.
Marta Mármol Muñoz 3ºA ESO
ResponderEliminarSiempre he pensado que el colegio es como nuestra segunda casa ya que pasamos mucho tiempo allí, incluso hay días que pasamos más tiempo en el colegio que en casa. Llegué a este colegio con apenas tres añitos cogida de la mano de mis padres, estaba muy ilusionada por aprender nuevas cosas y hacer amigos. Ahora que me queda muy poco tiempo para irme me da pena marcharme de este maravilloso colegio, donde aprendí muchos conceptos sobre las diferentes asignaturas pero también por suerte me enseñaron muchos valores sobre la vida, entre ellos el valor de la amistad y es que gracias a este colegio conocí a mis mejores amigos y amigas, estos que jamás quedaran en el olvido. También en mi paso por este colegio estuvieron presente diferentes profesores y catequistas, que me enseñaron a ser mejor persona, me ayudaron a encajar mis fracasos, gracias a ellos aprendí lo que es la solidaridad, la unión, el respeto entre otras cosas más. Por último quiero decir que me alegro un montón de haber permanecido en este colegio y espero no olvidar nunca todo los momentos que viví aquí y quiero agradecer a mis compañeros, profesores, catequistas y demás personal por estos maravillosos años, por hacer que este colegio pueda cumplir su primer centenario.
Elisa Ciorata 3ºA ESO
ResponderEliminarUn año… sólo un año más y nuestra estancia aquí será historia…
Es duro pensar que cuando era pequeña deseaba que llegara este momento con todas mis fuerzas, y ahora sólo deseo volver en el tiempo para volver a ser aquella niña en su primer día de colegio. Ese día marcó mi vida para siempre, lo recuerdo como si fuera ayer… Estaba ansiosa por conocer a las personas que en un futuro me harían daño o por el contrario estarían a mi lado, estaba ansiosa por conocer lo que sería mi vida de ahora en adelante y quiénes me acompañarían en ella.
Al principio todos éramos amigos pero poco a poco fuimos creciendo y distanciándonos hasta que sí, dejamos de hablarnos, cada uno de nosotros tomó su camino y me dolió, pero si era lo que tenía que pasar pues que les vaya bien. Pero lo que más me duele de todo lo que nos está pasando, es que la mayoría de mis compañeros no se conocen entre ellos porque, como todos los humanos, juzgamos a los demás por lo que vemos y no por lo que son de verdad. Por eso me gustaría que estos años que me quedan sean los mejores y que los aprovechemos bien. Y porque cuando todos crezcamos y hagamos nuestras vidas quiero que cuando pasen por al lado del colegio sonrían y digan “Yo estuve allí, y fue la mejor experiencia de mi vida”. Porque en este colegio nos han castigado, cateado, hemos crecido como personas, hemos reído, hemos llorado, hemos amado y odiado. Cada vez que pensamos en el colegio decimos que es “una mierda” vulgarmente dicho pero no nos paramos a pensar que todo lo que somos ahora, es lo que hemos aprendido desde que llegamos aquí. ¿No son suficientes los motivos para darle una oportunidad a lo que ha sido nuestra casa desde que vinimos hasta que nos vayamos? Yo creo que si… y si no lo hacemos ahora lo malo es que no podemos volver atrás.
Juan Manuel Reyes Moreno 3ºA
ResponderEliminarTodos esperaban ese día, en el cual no existían ni guerras ni conflictos. Era el día de la PAZ, celebrado en nuestro colegio. En este día tan soleado, todos formábamos filas en el patio mientras nos brillaba el sol a nuestras espaldas.
Mientras estábamos en el patio, cada uno con su curso, el tutor de este iba llamando a la persona de la clase más votada por sus compañeros, estos votos, eran para la persona que sembró más la paz en todo el año. Cuando los tutores de cada curso llamaban a la persona, estos les entregaban un diploma, fue algo espléndido.
Al finalizar, todo el colegio formamos una cadena humana pero intentando hacer el símbolo de la paz entre todos, pienso que los niños de tres, cuatro y cinco años se llevaron casi todo el mérito, ya que son bastante pequeños y difíciles de controlar.
Al terminar, todos los niños de infantil y primaria levantaron una paloma blanca agarrada a un palo, mientras se iban yendo para sus clases.
¡FUE EL MEJOR DÍA QUE A VISTO NUNCA!
MANUEL JESUS CAMACHO GARCIA 3 A ESO
ResponderEliminarMe siento muy orgulloso y afortunado de pertenecer a un centro de enseñanza tan grande y bonito como el de las Esclavas del Divino Corazón. Considero importante la educación en valores que se vive en este centro y me ha resultado muy interesante y modélica las historias recitadas por las hermanas de esta congregación, sobre la vida de los santos fundadores Marcelo Spínola y Celia Méndez, curiosidades de sus vidas , mil historias que se podrían escribir , y que siempre estarán presentes en nuestro pensamiento. Todavía mantengo el recuerdo de todas las hermanas que han pasado por este colegio, la hermana Carmen, hermana María, hermana Teresa, mientras yo he sido alumno.
Gloria Rodríguez , 3ºA ESO
ResponderEliminarUn colegio, una vida. Parte 1
Había una vez, una niña que, a pesar de su corta edad, había vivido ya en más de media Andalucía. Su padre Oscar, un hombre alto, apuesto, moreno, era director de banco y por ello, ella y su madre, tenían que mudarse cada vez que la empresa lo dijese. La madre, a la que todos llamaban Pau, era una mujer también morena, de ojos intensos color oscuro, no muy alta y quería muchísimo a su hija, pero no le gustaba nada cambiar de lugar cada tres años. A pesar de todo esto, Carla era una niña muy alegre, divertida y cariñosa. Alta y delgada, tenía un largo pelo rizado, color miel. Sus ojos eran de un intenso verde aceituna y su boca grande y carnosa, de un color muy rosado lo que hacía que pareciese que siempre los llevaba pintados. Nunca había tenido problemas cuando cambiaba de colegio y residencia porque era una chica muy sociable. A sus ocho años estaba viviendo en Sevilla, más concretamente en Aznalcollar. Siempre había estado en colegios públicos en los que nunca bajaba del diez, porque también era una chica muy responsable en sus estudios. A ella tampoco le gustaba cambiar de lugar, porque suponía dejar toda su vida atrás en un solo día, sus amigos, su colegio, su casa… pero aún así ella aguantaba y nunca ponía pegas para irse a otro sitio, porque sabía que era también la vida de sus padres la que dependía de aquellos cambios.
Un día, cuando llego a su casa al salir del colegio sus padres la sorprendieron con la noticia de que se iban a mudar otra vez, otro cambio, otra vida… Pero esta vez, se mudaban cerca, a un pueblo de al lado llamado Sanlúcar la Mayor. Tenían un mes para irse de Aznalcollar y Carla, ya se fue haciendo a la idea y diciéndoselo a todos sus amigos y profesores. Empezaron a buscar casa y encontraron una en el centro del pueblo, muy bonita y acogedora. Llegaba lo más importante, buscar colegio. Había varios entre los que elegir y su madre empezó a preguntar y decidió que el más adecuado era uno que se llamaba Colegio Cardenal Spínola.
Un colegio, una vida. Parte 2
ResponderEliminarLlegó el día del cambio, se despidió de su antigua vida y le dijo hola a la que llegaba.
El primer día de colegio, Carla se levantó muy nerviosa y entusiasmada por llegar. Al parecer, el colegio era muy bonito y grande. Se respiraba aire de compañerismo. Pero ella todavía no lo había visto, solo tenía una idea por lo que le habían contado. Llegó allí y solamente la fachada le pareció impresionante, era verdad que aquel colegio era muy grande. Entró con su uniforme bien puesto y esperó hasta que llegara su profesora. Cuando esta vino a recogerla para llevarla a su clase, a cuarto de primaria, le empezó a explicar cómo era el colegio. Había muchas partes, la de secundaria, que estaba arriba, la de quinto y sexto de primaria, que estaba debajo de la de secundaria, la de tercero y cuarto de primaria, la de primero y segundo y la de infantil. Había también dos patios muy grandes en el que se realizaba el recreo y para asombro de Carla, también un pequeño bosque con muchos árboles y con columpios y cosas para jugar en el. Pudo observar una pequeña capilla al entrar en secretaría y una gran iglesia en el interior del colegio, en el que se encontraba la virgen inmaculada, un gimnasio, un comedor, y la casa de las hermanas que vivían allí. Pero sobretodo, lo que más llamó la atención de Carla fue la piscina. Había una piscina en el interior del colegio, ella no se lo podía creer.
Llegó por fin a su clase y sus compañeros la recibieron muy bien, la acogieron de inmediato. Ellos mismos le explicaron que en ese colegio había muchas festividades, la paz, en la que bajaban al patio y soltaban palomas blancas, la Virgen niña, en el que los niños pequeños sacaban un paso con una virgen, el día de Andalucía, en el que se cantaba el himno, el día de los fundadores, Marcelo y Celia y las respectivas muertes de estos… Pero la celebración que mas llamo la atención de Carla fue el de la Inmaculada. El día de la Inmaculada, se hacía un concurso de canciones hacia ella y se cantaba delante de todo el colegio y como a Carla le encantaba cantar, le pareció muy interesante. También se escribía una carta a la virgen expresando todo lo que sentías y por último, la coronaban con una corona de flores, echa por los niños mayores, los de cuarto de la ESO.
En aquel colegio todos iban a una, desde los más pequeños hasta los más grandes, incluyendo a los profesores, que también en ocasiones se comportaban como ayuda y amigos de los alumnos. Carla, encontró en aquel lugar, una casa más. Allí encontró también a sus dos primeros amores y a sus mejores amigos. En aquel colegio no solo enseñaban materias o cómo comportarse si no que enseñaban un estilo de vida, el estilo de Marcelo y Celia e inculcaban a los niños que había que ser así, tener como ejemplo a esas dos personas. Aquel colegio, ha iluminado ya muchos corazones y ha hecho feliz a muchas personas con el espíritu Spínola, pero lo más importante de todo es que en su centenario aun lo sigue haciendo y lo seguirá haciendo los muchos años que le quedan.
Eva López López 3º A
ResponderEliminarHace unos nueve años una niña entro nueva en un colegio. Un colegio nuevo para ella, aquella niña no quería entrar, tenía miedo, tal vez miedo a enfrentarse a personas que no conocía de nada, a no ser bienvenida por sus nuevos compañeros o a quedarse sola. Era rubia y con un gran intenso color azul en sus ojos .Tan solo tenía cinco años , pero tenía que hacerse la idea de que dentro de ese colegio su madre no iba a estar al lado suya para que no se quedara sola, ella misma tenía que iniciar una nueva etapa de su vida. Cuando su madre la dejo en la puerta de la clase solo hacia llorar, hasta que una profesora la cogió de la mano y hizo que entrara en la clase. Todos los niños y niñas la miraban, como si fuera un bicho raro, ella se dio cuenta y se sentó sola en una mesa. La profesora les dio la bienvenida y llamo a aquella niña para presentarla a sus compañeros. Ella se moría de vergüenza hasta que una niña le dijo que se sentara a su lado. Ella la obedeció y puso todos sus libros en la mesa. Aquella niña que le ofreció aquel sitio le dijo que no tuviera miedo, que ella iba a ser su amiga y le iba a presentar a todas sus amigas. Ella se alegro pero en el fondo estaba insegura ya que no conocía de nada a aquella chica. Todas empezaron a preguntarle cosas y ella empezaba a divertirse pero ya llego la hora de irse a casa. Cuando su madre le recogió enseguida empezó a contarle cosas, pero lo primero que le conto fue que una chica morena le ofreció un asiento a su lado y que ya se hicieron amigas. La madre le respondió con una sonrisa y añadió que no había que tener miedo a nada. Pasaron algunas semanas y aquella chica se integro en la clase. Pero a veces se acordaba de aquellos amigos que tenía en el otro colegio ,en el que había permanecido desde los tres años. En algunos momentos hacia memoria de todos los momentos vividos y poco a poco asumía que no iba a relacionarse más con ellos. Pero bueno tenía amigos nuevos, quizás con ellos sería más feliz. En ese colegio había fiestas que ella nunca había oído, como la fiesta de LA VIRGEN NIÑA o tal vez como la primera en el curso, la fiesta de LA NAVIDAD. Esa fiesta era muy divertida ya que todos se disfrazaban de pastorcitos, angelitos o de campanas y en el salón de actos empezaban a bailar un villancico mientras que todos los padres los grababan con cámaras de video. Los años pasaron aquella niña ya era casi una adolescente, ya conocía perfectamente el colegio, a los alumnos, a los profesores y todas las fiestas que se realizaban. Tenía su grupo de amigas, quizás algunas eran más amigas que otras pero eso era algo natural ya que amigos verdaderos no hay muchos. El tiempo paso rápido, tan solo le quedaba dos años para salir de ese colegio, ella no quiere irse porque cuando llegara ese día, otra vez tendría que empezar otra etapa de su vida. Ya que tendría que irse a otro colegio para comenzar los estudios que en un futuro necesitara para tener un trabajo. Por eso ahora aprovecha al máximo esa estancia que le queda en ese colegio que la acogió al igual que a otros muchos niños.
Cristina Cárdenas. 3ºA. nº5.
ResponderEliminar``La soledad es un momento de paz en el que el dolor es un sentimiento de compasión por uno mismo´´.
Nunca pensé que sería así.
La noche antes del día señalado me encontraba tendida en la cama mientras miraba las estrellas que asomaban por mi ventana. Nerviosa empecé a imaginarme como sería mi primer día de colegio, y la cantidad de experiencias que tendría en aquel nuevo mundo en el que no tardaría en entrar, y hacer multitud de amistades. Lo que comenzó como un pensamiento, fue seguido por un sueño y, finalmente, terminó siendo mi hermosa realidad, que muy pronto acabaría haciendo que deseara volver a ser un sueño.
Mi corazón, que palpitaba aceleradamente, mis manos, que se cerraban en puño para clamar mi nerviosismo y, mis ojos, embobados en aquella gran puerta, reflejaban tantos mis ganas de empezar ese primer año, como mi inquietud al darme cuenta de que lo que pasara ese día, podría marcarme de por vida. Primero de primaria, grupo A. Llamé a la puerta dando tres golpes secos y seguidos al compás de mis latidos, y, antes de darme cuenta, me encontraba dentro de una clase llena de niños de mi misma edad, que me acribillaban con sus miradas curiosas y según creía, llenas de inocencia. En ese momento la profesora me miró y, dirigiéndose hacia mí me dijo que me había equivocado de clase. De pronto el silencio se convirtió en un estallido de risas burlonas que se reían de mi equivocación. Avergonzada salí de allí y empecé a llorar desconsolada bajo un árbol de amplio ramaje. Lágrimas desbordaban de mis ojos, conteniendo cada una de ellas mis pensamientos de soledad y desilusión, al darme cuenta d que me aguardaba un negro futuro, años de indiferencia, y una constante compasión hacia mi misma. Acepté mi situación, mi abandono por parte de los que aún sin conocerlos llegué a quererlos, y mi perpetua condición antisocial, hasta que solo unas palabras consiguieron cambiar transcendentalmente mi futura vida.
Oí una voz fina y alegre enviándome un saludo, y una mano pequeña y cálida posándose en mi hombro. Pensé que solo quería volver a burlarse de mí, así que seguí andando hacia delante mostrando cierta indiferencia, y dejando claro que no volvería a permitir que se rieran de mi de nuevo. Persistía. Salí corriendo para huir de ella, pero, creyendo que era un juego, empezó a perseguirme. De repente me sentí feliz, divertida y algo confusa, pero un simple tirón de camiseta y un; ``te pillé´´, me hicieron darme cuenta de que lo único que me impedía hacer amigos, era mi simple y pecaminoso pensamiento hacia los demás, acompañado de un gran pesimismo que no me dejaba ver que lo que más deseaba estaba al alcance de un simple tirón de camiseta.
Jesus hidalgo Galvez 3ºA
ResponderEliminarDesde que entre en el colegio con tres años he presenciado muchos buenos momentos y pocos malos en el colegio. Algo que me gusta de este colegio es que tiene muchas celebraciones y fiestas en el colegio, algunas muy antiguas y otras más nuevas. Para mi la mas especial es la de la canción de la Inmaculada porque todos nos esforzamos para crear la mejor canción. Dos semanas antes empezamos por escoger una canción y cuando la hemos elegido le cambiamos la letra. Esta es la parte que mas cuesta porque tenemos que ponernos de acuerdo y cada uno tiene una idea diferente pero al final frase a frase sale una letra muy bonita. Después hay que poner los tonos y ensayar para que todo salga muy bien. Todo esto nos une como clase por el esfuerzo y las ganas que le ponemos.
También me gustan los valores que intenta inculcar en los alumnos siguiendo las enseñanzas de los fundadores, Celia y Marcelo.
Antonio Morillo Rivero 3ºA
ResponderEliminarEl día que a mí más me pudo marcar fue y será el día de la Inmaculada, es el más bonito de todo el año, es nuestra segunda madre, la que siempre va a estar presente en cada uno de nuestros momentos, la persona que sabe nuestros estados de ánimos, esta celebración me recuerda lo que antes he mencionado. Para mi estos son los día que más a menudo se debería de repetir, y digo días por que días antes del día de la inmaculada, preparamos las actividades para su día, el día de Inmaculada, nuestra madre. Lo que más nos impresionará a todos los que estamos en el colegio desde los tres años sería la primera celebración, el día en que la conocimos, el día en el que íbamos confusos agarrados de la mano y recibimos la medalla de la virgen niña.
Rafael López Liria 3ºA
ResponderEliminarBueno yo en breves palabras quiero decir, para mi este gran colegio del DIVINO CORAZON de Sanlucar la Mayor es para mi como mi segunda casa, porque me encuentro agusto en el ,hay respeto , educacion y una enñaza que creo que no hay en otra parte y que debemos aprvechar mas ya que lo tenemos hay y nos ayudan dia a dia para que en un futuro seamos personas con unos valores .
Yo creo que no hay un dia mas importante que otro sino son importantes todos y cada uno de los dias que estamos en el pues porque quieras o no siempre pasan cosas importantes.
Andrea Vega Ponsford 3ºA
ResponderEliminarNUESTRA AMISTAD
Todo Comenzó una lluviosa mañana de verano, en la que todo surgía con aparente normalidad. Yo me dirigía hacia el colegio, guiada por la cálida mano de mi madre, la única persona capaz de hacerme sentir segura en esos momentos, la única capaz de calmar mis nervios. Llegamos a la puerta del colegio, donde ella se arrodillo junto a mí para darme un beso en la mejilla de despedida. A mi alrededor observaba como mis demás compañeros entraban ilusionados al colegio para poder ver a sus amigos, y sin poder remediarlo, un gran sentimiento de soledad se abalanzó contra mí, y de pronto, dos lágrimas atravesaron mis mejillas. Sin decir nada avancé unos pasos y entré en el colegio despidiéndome de mi madre. Al llegar a mi clase, me senté en mi pupitre mientras los demás niños jugaban reflejando su alegría en sus sonrientes rostros. Para todos era un día completamente normal excepto para mi, toda mi angustia era causada por un mismo motivo, mi única amiga se había marchado del colegio para siempre. Dejando mi pupitre vacío, me dirigía hacia el columpio donde habitualmente nosotras solíamos jugar. Nadie me explicó el motivo de su ausencia y simplemente se marchó dejando a un lado todo lo que habíamos vivido y disfrutado juntas. Venían a mi mente pensamientos sobre el oscuro y solitario futuro que me esperaba. Contemplando mi alrededor, me vi sola, sin nadie que me pudiese ayudar en el momento que más lo necesitaba. Pasaron varias largas y tristes semanas, los peores días de toda mi corta vida, en los que todos y cada uno de sus minutos eran tortuosas batallas que yo sola tenía que afrontar. Tras analizar mi situación comprendí que no podía seguir así, tenía que rehacer mi relación con los demás compañeros y alejar mis ideas pesimistas sobre el futuro. Yo era la única persona capaz de hacer cambiar el rumbo de mi vida, y así lo hice. Poco a poco fui integrándome en pequeños grupos de amistades, con los que yo me sentía realmente afortunada de tenerlos a mi lado. Hice multitud de nuevas amistades que llenaron el vacío de esa pérdida. Mis nuevos amigos eran mi tesoro más preciado, a los que jamás olvidaré. Mis amigos siempre estuvieron junto a mí, levantándome cuando los demás ni siquiera sabían que me había caído. En el colegio he sido y seré muy feliz con mis amigos, y pienso que todos nosotros somos muy afortunados de poder formar parte de este colegio, que ha estado tantos años a nuestra disposición.
Maria hidalgo Ortiz 3º eso A
ResponderEliminarLas mejores amigas
Bueno os voy a contar una historia de una chica y sus amigas. En el ese colegio donde la chica, llamada Paula y sus amigas. Siempre estaban muy bien y les encantaba. Pero un día a la hora del recreo y durante las horas libres no encontraba a Paula. Buscaron por todos
Lados, pero donde podría estar. La buscaron por el bosque, en la cuesta, en su pabellón
y en el gimnasio. Luego fue a preguntar a todos .Pero cuando se encontraron con los amigos de Juan, ellos también los buscaban a Juan. Pero luego las chicas recordaron cuando Paula y Juan eran solo unos niños pequeños y al lugar que mas le gustaba ir era el merendero, por que a Paula le encantaban los troncos que usaban como sillas. Entonces se lo contaron los chicos y fueron todos, pero de comino se encontraron con Paula y Juan . Luego Paula les contó sus amigas que había pasado y ellas se quedaron impresionadas. Pero Paula les hizo jurar que no se lo darían a nadie y ella lo hacectaron y dijeron que ese día nuca lo olvidarían.
Nieves orozco
ResponderEliminarEstoy cansada, cansada de tener que hacer las cosas dos veces, de caer dos, tres y cuatro veces en la misma piedra, de no tener las ideas claras, de luchar contracorriente e intentar hacerle un nuevo camino al caudal de mi vida. Hoy es un día de estos en los que todo sale mal, de esos que estas tan agobiada que si no fuera por los demás, no sabrías donde estarías, Paris, Barcelona, Madrid… En estos días solo me apetece estar sola, mentira, también quiero ir al colegio, sí, ¿alucinante verdad? Siento que allí estoy protegida, con muchas personas en las que puedo confiar y no hablo solo de mis compañeros, no, profesores, tutores, catequistas…Son ellos los que muchas veces me ayudan a encontrarme por dentro, a saber quien realmente soy y lo que quiero ser, me enseñan aparte de lengua y matemáticas, un saber estar, unos principios y modales, que a pesar de que ya me las enseñan en casa, no viene mal recordarlas. Cada uno de ellos es capaz de llegar a lo más profundo de mi ser, me han ayudado sin saberlo y sin yo saberlo me intentaban ayudar. Me han mostrado cosas que yo por mi ceguera no veía, me han dado varios empujoncitos para ir por el camino correcto aunque a veces me he desviado. En las fiestas, como la del Domund, ahí veo lo que pueden llegar a hacer, por contribuir un poquito con este mundo tan desigual. Son cosas, que por mucho que intentarás no las podrías comprender, tendrías que vivirlas antes. Un sitio, que a veces es tan odiado por los jóvenes puede llegar a producirte una sensación tan bonita que es como la droga, que cuando la pruebas, no te puedes separar de ella
Los mejores momentos de mi larga estancia en el colegio, han sido aquellos en los que nos vestíamos con calcetines y lazos blancos, y todos íbamos bien perfumados , requetepeinados y con nuestra preciada medallita que te hacían entrega de ella el primer año que estabas en el colegio , que porcierto ya es uno de mis últimos años aquí y todavía la conservo con mucho cariño. Era el día de la virgen niña, un virgen que se encontraba en la clase de cuatro años. Me encantaba ver a todos los niños nerviosos por llegar a segundo y poder procesionar un breve tiempo con la pequeña virgen a hombros.
ResponderEliminarTodos los padres estaban allí expectantes del acto y las profesoras y hermanas nos animaban a cantar las canciones que habíamos ensayado días antes para que todo fuese mucho más bonito.
Esta procesión es sólo para los pequeños, es decir desde tres años a siete u ocho. Después , no podíamos participar en ella porque le tocaba el turno a otros. En esas etapas, yo me entristecía un poco al ver a los pequeños procesionar pero también me alegraba saber, que años atrás yo había estado en su lugar y que lo había vivido con intensidad.
Cuando llegué a primero de eso, un año de muchos cambios en muchos sentidos, mi tutora nos dijo que ese gran día ayudaríamos a los más pequeños del cole a procesionar.
Cuando llegó el día sentí nostalgia al ver a todos los padres y madres ilusionados por ver a sus pequeñas criaturas y alguna de ellas llorando por ir a su lado. Todos fotografiaban el momento para que quedara eternamente guardado.
ANA GIL-BERMEJO BERNARDEZ-ZERPA 3ºA
Rocìo Garcìa Leòn 3ªA
ResponderEliminarHabía una vez una niña que se llamaba Marta, ella se cambio de colegio ha mitad de fin de segundo trimestre, porque le iba muy mal en el otro colegio. Y al colegio que se fue se llamaba Cardenal Spínola. Marta conocía a algunas niñas, ella entraba en segundo de la eso, cuando entró en el colegio le llamo mucho la atención el recreo que era muy grande, las instalaciones del colegio y algo más le gustaba a ella. Marta llegó al día siguiente a el colegio y se quedo un poco mal, porque no sabía nada. Entonces a ella los profesores se la llevaron a la iglesia del colegio donde estaban todos los alumnos. Marta no sabía que había iglesia en el colegio, ella se sentó en el último banco de la iglesia, delante estaba una niña que se llamaba Lorena .Lorena cogió y sentó con Marta , termino la misa y Lorena le preguntó como se llamaba y eso y ella respondió Marta le preguntó cómo le iba y Marta le dijo que muy bien que este colegio era mejor que el suyo y desde ese día Marta y Lorena son muy buenas.